
Art Isolation desde la obra El Grito de Edvard Munch
1893, con materiales de casa, desde el encierro.
La creatividad es un funcionalismo de la conciencia. Este funcionalismo se encuentra en el ser humano atrofiado o disminuido. Se expresa desde el anhelo o desde lo espiritual del ser humano. Es una parte de su verdadera esencia y por tanto de su vocación.
Cuando la creatividad se desata, entonces la persona puede ser su esencia, lo que en verdad es. La persona que se desconoce no podría manifestar la creatividad.
La creatividad es ese medio también a través del cual lo físico puede tocar y llegar a lo esencial. Es una vía de ida y vuelta.
Cuando la persona entra en procesos de auto reflexión entonces abre este camino interior que permite la manifestación de la propia verdad a través de la creatividad. Esta creatividad permite trascendencia.
Muy distinta es la fantasía. Si la creatividad es una función de la consciencia, la fantasía es un funcionalismo del error. En la creatividad hay una verdad expresada. En la fantasía se expresa el error de percepción.
Manifestar la creatividad es una necesidad imperiosa en tiempos en los cuales la fantasía se toma todos los medios de visualización y de comunicación de la humanidad. La fantasía permite la destrucción y en ella no existe avance.
El artista ligado a su auto desarrollo tiene esta capacidad intrínseca de tocar la creatividad. Cuando un artista lo hace, la humanidad entera logra hacerlo a través de él.
Interesante resulta la idea que narra el siguiente reportaje sobre la acción de artistas durante esta época de cuarentena y teletrabajo, que primero motivan el tomar la creatividad, luego inducen la cultura artística y en tercer lugar concretan la acción de hacer para que un acto de espera se convierta en un acto de efusivos logros artísticos.
Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño
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