“El anhelo hecho arte”
PALABRAS CLAVE
Arte; consciencia; economía; estética; imitación; reflexión;
identidad; globalización

Video del artista Do Ho Suh

Video del artista Alfredo Jaar
INTRODUCCIÓN
¿El porqué de la cuestión…?
Vivimos una época económica en la que los grandes súper
héroes, los gurús y guías de la humanidad son los economistas. Una época de
supuestas revoluciones cuyo fin es el mismo capitalismo ya degenerado en
violencia y destrucción para la reconstrucción patentada; o sublimado en
ciencia y tecnología. La economía está en todas partes y como decimos hasta el
conocimiento se ha vuelto eje de esta acción. En el Ecuador se apunta hacia un
nuevo código de ingenio e investigación cuyo fin en esencia es el mismo capital
reinventado. Pero la economía que ahora es global ha permitido que lugares como
el arte, la estética tengan por la misma inducción económica un confluir
también global. Latinoamérica y los artistas latinoamericanos se preguntan cuál
debe ser su postura ante tamaña aberración a sabiendas que lo global es
irreverente con la identidad de los pueblos y comunidades por cuanto lo muy
particular no tiene capacidad de ser denominador común, aspecto inevitable e
indispensable de lo global. En tal situación las posturas se definen en
dicotomía hacia la poderosa corriente global o hacia la identidad. En un caso
el artista o el pensador confluyen en la cultura occidental dando y entregando
valor a todo aquello que viene de tal ordenamiento y al hacerlo generan paradójicamente
una propia identidad ya que es imposible saltarse las leyes herméticas cuyo
<<cuarto principio de polaridad>> (Kybalión) resalta que todo en la
naturaleza es por pares opuestos, convirtiendo su acción en un lugar
determinado de dicotomía. En el otro caso el investigador se entretiene en la
memoria de los pueblos, en su ancestro, en su añoranza con la finalidad de
recorrer un sendero propio de manifestación lo que a la larga resulta
infructuoso pues se parte de un mismo principio global cultural de búsqueda de
identidades en el que occidente mismo se ha visto enfrascado, siglos atrás. El
uroboro es inevitable y lo global se vuelve identidad y la identidad, global.
¿Si un derrotero me lleva por disyuntivas a un mismo sitio, es adecuado
recorrerlo? Estamos frente a una pregunta clave de tal cuestión de logro, si
también es que queremos lograr algo. Para ello la visión de no identidad, de no
lugar salta a colación pertinentemente. Un no lugar, aunque delata la idea de
lugar, se convierte en acertado punto de partida para la propuesta artística,
estética, de estilo. Estos no lugares son la génesis ideal de aquello que no es
común denominador visible, pero que en muchos casos son el común denominador de
añoranzas y sublimaciones del entendimiento personal que de una u otra manera
son lo común del colectivo global. Nuevamente no podemos escapar a la ley
natural de polaridad por lo que sensato es aceptarla y usarla. Aun así la
dicotomía continúa y se hace infinita en series de lugares y no lugares. Pero
desde nuestra óptica distinto es participar de posturas que no se gestan a
partir de estas mismas fuentes. Ese cambio que Latinoamérica necesita son las
posturas que nacen de latinoamericanos de su propio conocimiento interior y que
convergen la idea de <<aprender a mirar lo que otros no ven>>
(Albert Santos. 2017)
DESARROLLO
IDEAS FUNDAMENTALES Y DIÁLOGO INTERTEXTUAL CON LOS TEXTOS
ESTUDIADOS.
Ideas fundamentales:
• El
uroboro de la globalización.
• Seguir
las reglas. Alfredo Jaar.
• El anhelo
hecho arte. Do Ho Suh.
Primera idea fundamental:
El Uroboro de la globalización.
Para desarrollar la primera idea fundamental hemos escogido
el artículo <<Arte y globalización. Hacia un mundo sin fronteras>>
esencia, para nuestro punto de vista, del pensamiento irreflexivo y positivista
de la globalización en el devenir de la arquitectura y el arte. Nos parece muy
interesante y decidor de aquello la frase final del artículo con la deseamos
empezar nuestro análisis:
<<Por muy compleja que sea la globalización, le regala
al mundo la libertad de soñar>> (Pág.17)
El regalo es un ente que físico o inmaterial que busca
complacer a un tercero desde un actor interesado cuyo efecto encubre una
necesidad real o inducida. Un regalo por tanto no es producto de una acción
excelsa sino de la conveniencia momentánea. Un padre regala a su hijo para que
éste obedezca y el enamorado una sonrisa a su amada para que ésta sepa de su
cariño. El regalo de la enfermedad es la sanidad y el regalo de la prisión la
libertad de salir de ella; pero por más preciado que sea un regalo es
indiscutible la carencia que éste viene a cubrir. Para un sediento una gota de
agua es una bendición y para el hambriento el pan duro también. Regalo sería
surtirles a ambos de tan preciados agentes materiales con el residual
agradecimiento eterno de los beneficiarios. Un regalo tiene trascendencia
entonces cuando existe un conflicto, una situación de influencia que implica a
las claras una inteligencia primaria y una inducción secundaria vista ésta
última como un aprendizaje que intrínsecamente sigue siendo un peldaño para el
minusválido. La globalización ha venido a ser entendida entonces como un
regalo, pero un regalo capaz de ensoñar a las personas y de entregarles
libertad. Cuan magnífico argumento. El mundo no solo obtiene la tan preciada
libertad causa y efecto de tantas zozobras de la humanidad, sino que también se
enriquece con el sueño de esa libertad puesta en acción. Se entrega a la
globalización la capacidad etérea de trascendencia en todo aspecto y por tanto
se determina ya que es necesaria para la humanidad. <<Tal proliferación
es una de las caras de un fenómeno polifacético que se ha dado en llamar
globalización>> (Pág. 1) Pero resulta que no es así el panorama. La
globalización es el resultado mismo de los sistemas económicos imperantes y
solamente es un estado económico y no es el modo filosófico, artístico,
científico y místico que se le atribuye. Pensar que la ciencia, el arte, la
arquitectura, la religión, la filosofía son tan escuetas como para ser
globalizadas es lo mismo que pensar que el cristianismo o el hinduismo, por
ejemplo, han sido globales por el mero hecho de acariciar el pensamiento de
gran parte de la humanidad. No es así. La globalización es un tema económico
que no debería ser trascendente sino en los libros de cuentas como bien lo
establecen <<los críticos, que sostienen que la globalización sólo ha
acentuado la disparidad entre países ricos y pobres>> (Pág. 2) entre
recursos económicos, por tanto.
Esta fuerte intrusión de la globalización en los modos del
conocimiento mejor ha desatado una fuerte resistencia desde todas las acciones
humanas que en respuesta han buscado frente a la globalización una búsqueda de
la búsqueda de identidad particular como si ella no existiera; mostrándose de
esta manera el génesis y apocalipsis del uroboro global: lo global y la
identidad.
<<Todos los países del mundo en sus desarrollos históricos
han buscado una propia identidad, una propia forma de manifestarse. A finales
del siglo XIX el arquitecto Víctor Horta es uno de los primeros arquitectos de
la modernidad en proponer una arquitectura que sea propia, una arquitectura
para Bélgica que destacara de sus contrapartes inglesas, americanas. De esta
manera convirtió el pensamiento del estructuralismo en forma constructiva para
viviendas. El arquitecto definiendo la identidad de todo un pueblo a través de
un material, el hierro forjado. El orgullo comprometido con grandes ideales
somete cualquier voluntad consciente>> (Bojorque. 2015)
Estos pensamientos identitarios que han zanjado Europa y
EEUU no son ajenos a la humanidad del resto del planeta contagiados de la
enfermedad de falta de apropiación e identidad. Digo enfermedad pues todos los
pueblos de la Tierra han sido en su momento únicos, disciplinados y ordenados
pero los conceptos globalizantes han hecho de ellos desordenados,
indisciplinados y sin identidad por cuanto dejaron su obediencia ancestral para
entregarse a la libertad del sueño material y económico que enajena a los
individuos de su condición única de seres humanos particulares para someterlos
a la generalidad y el denominador común. Si lo global obedece al capital
económico, la identidad también por ser su contraparte. Tan enraizada se
encuentra esta idea en la mente de la humanidad actual que el arte no ha podido
superarla sino en gran medida y a través del Mercado del Arte se ha convertido
en la prueba fehaciente de la existencia de la globalización y su opuesto la
identidad y los no lugares. El texto estudiado empieza delatando tal situación
al decir:
<<En 1984 aún era posible que una institución como el
Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York instalase una exposición de obras de
169 artistas de Estados Unidos y Europa, la mayoría de ellos blancos y hombres,
y la titulara «International Survey of Recent Painting and Sculpture»>> (Pág.
1)
Lo global implica Europa y EEUU y lo identitario el resto
del planeta que busca de manera inconsciente, autómata e indigna ser parte de
este uroboro social como de manera implícita y brutal lo denuncia el artículo
al decir <<aún era posible…la mayoría blancos y hombres>> que
trasluce el sentir de menoscabo y de impertinencia en el que se somete el autor
a sí mismo y a la población no blanca, como si se requiera de ello para ser.
Para la fecha el mundo es un <<gran crisol y ya no se
puede hablar de una forma, de un espacio, ni de una tecnología como
determinantes de identidad. Lo podrán hacer por un momento histórico como lo
hicieron en su época los arquitectos modernos brasileños que vieron nacer y crecer,
gracias a combinar los elementos racionales con la naturaleza selvática, su
prestigiada "arquitectura carioca"; pero no tendrán la trascendencia
que una cultura espera. Trascendencia comprendida como la verdadera apropiación
de un argumento que se solidifique en el devenir de ese pueblo. Solamente
existe identidad personal, una arquitectura con identidad>> (Bojorque.
2015)
Buscar ser, en una cultura global es primero dejar de serlo
y someterse a atributos económicos ilegibles e inhumanos por una identidad, un
no lugar que acepta tal sometimiento que generalmente en primer lugar encumbra
a Europa y EEUU de manera directa o velada y sus modos sociales y productivos,
cabe decir fracasados ante sí y ante el mundo. Realmente es completamente
anacrónico mantenerse en dichos sectores terrestres y humanos como camino a
seguir y añorar; y en segundo lugar mostrando y tratando de insertar de forma
emergente a los emergentes dentro de aquella cultura que no se avanza ni
consigo misma.
Segunda idea fundamental:
Seguir las reglas. Alfredo Jaar.
Para desarrollar esta siguiente parte del análisis hemos
tomado en consideración el video de Alfredo Jaar <<El Sonido del
Silencio. Tres mujeres. Un millón de destellos. Una fotografía no se toma, se
hace>>
<<El hecho de que haya hambre hoy, en el mundo de hoy
en nuestro planeta es un escándalo>> (Jaar. 0,12”)
Para Jaar la globalización es un rico escenario de donde
nutrirse para realizar su obra artística que no busca sino someter al juicio
personal las acciones colectivas globales. Cuando con la certeza que lo hace
habla del hambre no está buscando la causa social, ni la causa personal de tal situación,
sino que grita el <<escándalo>>. Jaar no se aparta de la
globalización ni le interesa combatirla sino quiere hacerla contemporánea,
actual, de hoy para enriquecer su actualidad su fuerza indomable y arrasadora.
Acepta el hecho de que existe y su juego es mostrarla y ponerla en evidencia.
El resultado es una obra que requiere de explicación y aceptación social.
Seguir las reglas es también parte de la acción de los
artistas. En este camino no existe la propia reflexión sino la observación para
el juicio y la crítica. No interesa entonces poner en tela de juicio si existe
tal o cual globalidad, sino que se refuerza su existencia a priori encontrando
héroes míticos que se adaptan a ella y hasta la mejoran. Caso Tres Mujeres.
<<Alfredo Jaar mira al mundo real para sacar a la luz
temas de gran calado. Geography War, 1991, lo llevó a una población remota de
la costa de Nigeria que buques cisterna italianos utilizan como vertedero para
sus residuos tóxicos>> (Pág. 4)
Jaar entonces supuestamente mira el mundo real pero lo que
hace es ajustarse a los cometidos globales de destrucción, contaminación y
pobreza, pero no juzga el hecho de que puede ser es el concepto hecho paradigma
del dinero y el sueño material los que posiblemente han llevado a esta
situación a todos los actores del drama, acores que son del mismo nivel de ser,
unos echando y otros recogiendo, pero con el mismo propósito económico. No
quiere mirar fuera del bote sino seguir anclado al interior de éste mostrando
los matices de su mismo fondo. Seguir las reglas.
Si bien este propósito hace que los artistas, profesionales
queden bien en la escala social o profesional en el momento dado, les deja
también sometidos al vaivén de los gustos sociales y a la consciencia o no de
los que los siguen y aprecian, pero cuando otro individuo se pone en boga, se
convierten en leños a la deriva sin más profundidad de pensamiento que lo que
lo externo les dio que resulta siendo siempre fatuo y de poco valor. He ahí el
gran problema de vivir del exterior y no del conocimiento propio y consciente.
Se puede seguir las reglas de la globalización mirando en
ella, produciendo de ella o se puede querer ser distinto puerilmente con una
identidad propia que como dijimos resulta de no conocerse a sí mimo sino de
esperar de otros la opinión. Ambos extremos de una misma condición de uroboro.
Tercera idea fundamental:
El anhelo hecho arte. Do Ho Suh.
Para desarrollar esta tercera idea fundamental hemos
decidido utilizar el video de <<Do Ho Suh >>
<<Quería lidiar más con el tema del anhelo>> (Do
Ho Suh. 2:37”)
El planeta vive conectado como en una gran red social. Un
cualquiera no podría decir que para la fecha existe intimidad o falta de
contacto. Vivimos un hecho social común. La globalización es la enfermedad
económica social y muchos viven y fructifican en su seno. Unos cuantos forman
la dicotomía ante ella de la identidad y del no lugar, pero resultan
acentuándola pues la identidad solo puede venir de la disciplina el orden y la
obediencia y no de un despropósito particular de reinvención y reutilización
ancestral. Muy distinto a esto son las posturas que nacen de la propia
percepción de sí. En ellas no existe el tema global sino se vive dentro del
gran contexto planetario, pero se es único e individual como es el nivel de ser
en el que se encuentre. Cuando la persona ha descubierto en sí mismo el arte,
podrá estar en cualquier parte de este gran planeta y seguirá siendo auténtico
sin necesidad de juzgar lo que los demás hacen, sino con la trascendencia de
encontrar nuevos y variados caminos como su consciencia interior pueda darle.
La visión de Do Ho Suh es esclarecedora, él no se limita a un contexto nacional
o nacionalista, sino que hace suyo el arte contenido en su sensibilidad coreana
para ponerlo en el mundo entero ya sea a través de sus exposiciones o a través
de videos en las redes sociales. El límite de su creatividad no es la acción de
otros en destrucción, contaminación y muerte sino en el anhelo de intensificar
su comprensión y consciencia como bien lo dice al contarnos sobre su
experiencia en el ejército que lo deshumanizaba para poder matar convirtiendo
esto no en una crítica social ni un juicio artístico sino en un todo que
comprender y desarrollar, como que <<todo eso es algo en lo que
pensar>> (Do Ho Suh. 12:24”)
Pienso que es este un camino válido para mi acción
arquitectónica. Un camino que se aparta de los prejuicios de ser ante lo global
o de tener una identidad, sino de ser único ante el mundo sin criticarlo de tal
suerte que esa unicidad nazca de la profunda comprensión de sí mismo y del
contexto que lo limita.
DIÁLOGO INTERTEXTUAL CON LAS OBRAS ESTUDIADAS.
Primera
El sonido del Silencio.
Alfredo Jaar.
En esta obra Jaar se sostiene en su visión particular de la
sociedad como fuente de inspiración para sus críticas y juicios de valor,
dejándonos ver que siempre su enfoque es hacia afuera, hacia la acción de la
inconsciencia de la opinión pública sobre el hambre, en este caso. Dice que
<<tenemos los recursos en el planeta para alimentar dos planetas, para
alimentar tres planetas>> (Cooperativa FM. 2:55”) por lo que el hambre es
<<un escándalo>> No es intención de Jaar el descubrirse sino el
observar con juicios de valor. No es intención de Jaar la globalización, la
identidad sino estar en ello en la globalidad y en la identidad, pretende un cambio,
pero espera que los demás lo hagan al decir que <<el arte y la cultura
afectan cambio y pueden cambiar el mundo>> (Cooperativa FM. 4:22”) No
existe en él compromiso, es un fotógrafo, es un observador que critica y comenta,
pero no asegura un camino a recorrer. Jaar es un artista de la corriente un
artista que necesita de los errores y la inconsciencia que la globalidad genera
para ser y existir. Sin ella se encuentra perdido.
Pero no todo es dañino. En la obra existen materiales y
tecnología global. Su concepto abstracto es universal, pero es reconocido como
artista chileno. Un interesante desenlace del cuál participo. La identidad va
con la persona y tiene que ver con sus raíces con su entorno, su contexto, su
historia, su ancestro y por sobre todo su auto conocimiento que tiene que ver
con todo lo anterior, lo que le abre al mundo y le hace universal y no global.
Distinto es aquel que se sumerge en la identidad de la restauración, el
reencuentro, la renovación, la reinterpretación de valores de dudosa identidad.
Tenemos que reconocer que ya somos ciudadanos universales, pero como veremos
más adelante podemos ser únicos y particulares por cómo manifestamos nuestro
interior ante el exterior y no al revés desde el exterior hacia adentro como lo
hace Jaar.
Segunda
Seúl Home/LA <<Un hogar lejos de casa>>
Do Ho Suh.
<<No podía dormir bien.
Y me puse a pensar cuando fué,
la última vez que había dormido bien,
y eso fue en Corea.
Así que pensé en traer ese espacio.
Físicamente era imposible, así que se me ocurrió,
esta idea con telas transportables.
Quería transportar mi casa conmigo,
como un caracol.
Mi proyecto “Un hogar lejos de casa”>> (Do Ho Suh.
1:14”-1:56”)
Para el artista también existe una posibilidad mayor de
conocimiento, de comprensión para traducirla en creación y que se aparta de la
imitación y del juicio. Do Ho Suh se interroga así mismo frente a un hecho
global como es la migración. Reflexiona sobre su situación presente sobre su
necesidad corporal y no ve esto como un “regalo de la globalización” sino como
un proceso cuya causa está en sí mismo. Un artista que sigue las reglas tal vez
se hubiera interesado en confrontar la movilidad humana con el alienamiento cultural,
pero para Do Ho Suh eso no existe; lo que existe es un hecho interno, anímico,
de cuyo conocimiento se desata la solución. Como él es un artista la solución
llega por el hecho creativo. Surge aquel hecho del ancestro de la propia
individualidad —para no decir identidad— de la propia formación. En ello no
existe confrontación, no existe conflicto, existe la plena sabiduría de la
verdad particular. Sabe que es su casa la fuente de serenidad y convierte ese
“anhelo en arte”. Usa la naturaleza para comprender el cómo cristalizar su
anhelo y mimetiza su obra con la de un caracol. Surge el proyecto, surge la
tranquilidad, surge el dormir bien. Pero la obra no queda ahí, trasciende ante
quién la observa pues la luz de un instante es luz por siempre. Para lograr
todo esto se apoya en tecnología contemporánea combinada magistralmente con
artesanía coreana. Una maravillosa simbiosis y sinergia de lo que es ser un
ciudadano del mundo, que no rechaza el avance tecnológico, pero sabe que éste
puede ser apoyado para superarse a sí mismo, con la sabiduría artesanal y por
tanto ancestral de un “no lugar” global. El mundo convertido en un espacio
personal único. Aquí no existe globalización, ni economía, ni imitación y
juicio. Existe arte trascendente para el artista y para lo que es, pues al
estar en casa de sus padres se siente un explorador consciente cuando dice:
<<descubrí muchas cosas mientras tomaba medidas>> (Do Ho Suh.
3:42”) lo que le catapulta en la escena creativa para nuevos logros artísticos.
Tercera
Floor.
Do Ho Suh
<<El espacio se convirtió pate de mí.
Me gusta la idea de que mi obra se vuelva parte de la
arquitectura.
Empezó desde mi interés en la noción del espacio
particularmente en la noción de espacio personal o
individual.
Seúl es una ciudad llena de gente,
la gente se amontona en las calles,
se chocan entre ellos, y eso es normal.
Me di cuenta de que acá es diferente,
así que creo que ha cambiado mi percepción del espacio
personal,
y fue muy natural para mi pensar en el espacio
interpersonal,
el espacio entre las personas
y así apareció la idea del individuo y del colectivo>>
(Do Ho Suh. 4:10”-5:25”)
El no lugar del espacio colectivo es arrebatado del
inconsciente por Do Ho Suh como un hecho de percepción positiva de estar muy
cerca y chocarse a estar distantes y abiertos. Este nuevo sitio de percepción
depende según como lo plantea en la obra Floor del espacio arquitectónico.
Miles de pequeños hombrecillos de plástico apiñados sostienen con gusto
<<más bien un gesto positivo>> (Do Ho Suh. 5:58”) el espacio personal
de otra localidad. El espacio arquitectónico es una constante no así la
distancia entre las personas. Para él, el espacio individual en Seúl era de
piel hacia adentro y era gustoso. Lo colectivo era lo externo a partir de ahí.
Con razón para estas personas es tan importante visitar su interior anímico y
vivir en él. En EEUU el espacio individual podía ser el de varios de coreanos y
el espacio colectivo tenía que ver con lo individual de cada persona en lo que
se conoce como espacio personal. Para un
americano resulta el espacio individual estrictamente de derecho y solo si es
indispensable un cualquiera llegará a él. Para Do Ho Suh ese espacio individual
se reserva a sí mismo y el colectivo un todo del cual no podía escapar como
bien narra sus vivencias en el colegio uniformado y en la milicia escudriñado
mentalmente hasta para hacerlo matar. Para un americano el espacio
interpersonal existe pues está implícito en su derecho. Para el coreano no
existe tal diferencia, pero resultó harto sencillo el encontrar fuera de Corea
aquel discurso interpersonal pues al no tenerlo en consideración en Corea, se
volvió evidente en EEUU y <<apareció la idea del individuo y el
colectivo>>
Jaar también nos habla del no lugar “espacio colectivo” en
América de manera similar al notar que existe tanta y tan grosera publicidad en
el espacio público que ya casi es privado de quienes tiene los recursos para
así hacerlo. Dice él que <<ese espacio ya no es realmente público>>
(Cooperativa FM. 17:52”) encontrando con ello una muy interesante relación de
no lugar, entre el espacio arquitectónico urbano, la publicidad y la mente de
los caminantes. Digo muy interesante pues admite con su retórica que es la
mente también un espacio que puede ser invadido. Para Do Ho Suh este espacio público
es delimitado por la distancia entre personas. Para Jaar ese límite se extiende
hacia la mente de caminante. Como podemos ver los no lugares pueden ser
variados según la consciencia del artista en el campo artístico y en realidad
se requiere de <<aprender a mirar lo que otros no ven>> (Albert
Santos. 2017) para ser creativo y trascendente, teniendo ese mirar distintas
connotaciones, siendo la interiorización la que validamos desde nuestra óptica
personal que indiscutiblemente ha sido enriquecida con el aporte de esta
investigación.
BIBLIOGRAFÍA
1.Bojorque,
Erick. Arquitectura por la identidad. Foro Alfa. Web. 2015. 24 abril 2017.
https://foroalfa.org/articulos/arquitectura-por-la-identidad
2.Cooperativa
FM. Alfredo Jaar sobre "The Sound of Silence": Quiero sugerir que las
imágenes no son inocentes. YouTube. Web. 11 noviembre 2014. 24 abril 2017.
https://www.youtube.com/watch?v=qGzCUYwakWE
3.Kybalion.
Trimegistro. Web. 24 abril 2017. https://es.wikipedia.org/wiki/Kybali%C3%B3n
4.Santos,
Albert. Conferencia Magistral en la Facultad de Artes. Universidad de Cuenca.
Posgrado en Estudios del Arte. Módulo: Historia Cultural de las imágenes,
miradas europeas sobre América Latina. 8 de abril de 2017.
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