LA ESENCIA DE LO QUE SE ES: Duelo a Garrotazos de Francisco
de Goya.
Erick Bojorque Pazmiño
Manta-Ecuador

INTRODUCCIÓN
Es este un ensayo académico que utiliza la observación
indirecta, la investigación literaria, la inducción consciente para realizar un
acercamiento hermenéutico desde la visión de arquitecto y sanador energético a
la obra artística de óleo sobre revoco “Duelo a Garrotazos” del pintor y
grabador español Francisco de Goya realizada entre 1819 y 1823 en su casa de
campo “La Quinta del Sordo” a las afueras de Madrid. Esta obra ha sido
seleccionada por cuanto ha atrapado a este observador degustando el sabor
característico y especial que poseen las pasiones desenfrenadas en el instante
mismo de su manifestación, en el momento en el que dejan de existir en la
psiquis, en los mundos internos dimensionales, para convertirse en materia y
someter al incauto individuo en sus arbitrios de encarnizada batalla, que es la
quinta esencia del hundimiento soterrado de quién las experimenta. Durante el
análisis de esta obra no intentaremos dilucidar categorías artísticas sino
enfrentaremos a la obra con su esencia, con lo que ella como un ente energético
que es, trata de mostrarnos desde el remoto pasado de su creación o desde el
eterno ahora de su existencia; aquello que tal vez quiso decirnos y que como
veremos desde nuestra lógica lo dijo, como lo dice el árbol que al dejar de ser
semilla se muestra por lo que es.
DESARROLLO
Dentro de la precomprensión de la obra abarcaremos el “plano
formal” entendido aquí dicho acápite como los acontecimientos exteriores
materiales que dieron luz a la obra; y el “plano de contenido” que manifiesta
los estados internos de la misma o sus características esenciales. En cuanto
tiene que ver con lo primero, “Duelo a Garrotazos” es una de las catorce obras
murales realizadas en óleo “al secco” y “sin títulos” (1) sobre paredes
recubiertas de yeso que Francisco de Goya realizó, mientras se encontraba
pasando por angustiosos momentos de salud, en su casa de campo “La Quinta del
Sordo”, llamada así por su antiguo propietario que tenía discapacidad auditiva
(2), y que recibieron el nombre de
“Pinturas Negras” “por el color predominante y por el tema de visión
desesperada y sombría de la realidad” (3) que tenían. El conjunto de estas
obras en 1873 fue arrancado de las paredes en donde se encontraban tanto en el
comedor como en el salón principal de la casa, caso de Duelo a Garrotazos, para
ser trasladado al lienzo durante la propiedad de la Quinta de Emile d'Elanger,
un banquero francés; quién pretendía entonces presentarlas en la Exposición
Universal de París de 1878. Duelo a Garrotazos en las piernas y pies de los “villanos”
y otras obras sufren graves deterioros. Para 1881, el mismo d'Elanger, dona las
obras al museo del Prado donde actualmente se exhiben. La interpretación de la
obra artística tiene dos tendencias: por un lado la “costumbrista” promulgada
por los no españoles que ven el cuadro como“dos villanos luchando a bastonazos
en un paraje desolado enterrados hasta las rodillas” (4); y la de los españoles
en sí que miran la obra como “simbólica” de la discordia y de los graves
momentos políticos por los que atravesaba España entre los pensamientos
liberales y los absolutistas. Para Francisco de Goya las así llamadas
posteriormente Pinturas Negras suponen el abandono de la suya catalogada
realidad histórica Romanticista para inaugurar lo que se llamaría como pintura
contemporánea (4) que rompía los cánones neoclásicos de su época. En Duelo a
Garrotazos lo hace descentrando hacia la izquierda los personajes de la obra
además de ponerlos en primer plano e iluminándolos a contraluz; ejecutando la
técnica pictórica “con una rápida pincelada suelta, con poca carga de pintura y
con gran libertad en cuanto a color y dibujo” (4). Ya hablando en lo que
respecta al plano de contenido, la esencia de la obra desde la perspectiva de
nuestra precomprensión, “Duelo a Garrotazos” como un ente energético que es,
emerge para satisfacer los anhelos de expresión de una psiquis, que usando como
excusa la enfermedad, somete la austeridad y simetría de su acontecer racional precedente para mostrarse
como la realidad interna rebelde y oculta de quién se entrega a su propia
realización, sin más encargo que lo que su consciencia le dicta, pero y aun
así, encubriéndose en que lo sería y se convertiría en una tradición de
contenido político.
Para acercarnos con mayor claridad a “Duelo a Garrotazos”
debemos esclarecer entonces cuál es nuestra tradición y cuál la tradición de la
obra o dicho de otra manera desde dónde hablamos y cuál es nuestro discurso
tanto en calidad de ensayista como en calidad de obra, si podemos así ponerlo.
Como bien establecimos en la introducción, nuestra tradición se enmarca en los
análisis energéticos o de los estados etéreos de los objetos cuya aura interna
es la medida clave de la vida y de las relaciones entre lo analizado y su
contexto material, inmaterial. Nuestra postura nos indica que los elementos
pictóricos también tienen manifestación energética o de vida y por tanto de
inteligencia y trascendencia y que, así como un ser humano que nace para hacer
y desarrollar su papel en el mundo, las pinturas, en este caso, también lo
hacen y llevan en sí su “deseo” de mostrase tal como su esencia les indica. La
obra analizada nace de la convulsión de su hacedor trayendo consigo una
tradición subyacente en su devenir como esencia del conflicto y la barbarie
llevada al punto clímax de romper con lo establecido sin dejar de ser; es decir
su tradición es la oscuridad de la psiquis oponiéndose con su asiento
tradicional en yeso fresco; dicotomía que sería rota cuando en 1873 al ser
trasladada al lienzo la obra se muestra por su verdadera esencia manteniéndose
pero sin los pies de los protagonistas, cosa muy curiosa pues como veremos
denota el interés de lo que es, por ser eso mismo.
Dados estos momentos del análisis podemos ver que los datos
aportados por los acontecimientos para la precomprensión de la obra son
significativos en cuanto nos enmarcan en las diversas facetas exteriores que
permitieron que la esencia de la obra se manifieste, como la cadena de sucesos
que llevan a un hombre a ubicarse en el podio o tras las rejas, pero aquí nos
preguntamos ¿si tales eventos son lo real o son simples sucesos propuestos por
los estados internos en el autor que dejándose llevar de la obra, ya existente
en su mundo mental, le dieron origen y gestación? Estos acontecimientos nos
dicen que la obra fue pintada en yeso fresco y que estuvo en el salón principal
de la casa y que, dado su momento histórico, no fue destruida sino elevada a
museo al ser traslada al lienzo, lo que dejó ver su verdadera esencia
psicológica. Esto ha enriquecido y modificado nuestra precomprensión, pues
ahonda el hecho de que la vida de un ser pictórico no termina con el último
trazado del artista, sino que este más bien inaugura el devenir de ella.
Entonces fueron nuevos elementos en la precomprensión de este análisis la
existencia del acontecimiento del traslado y restauración de la obra del revoco
al lienzo y la enfermedad de Francisco de Goya, aspectos preponderantes del
estudio que estamos definiendo y que lograron desenmascarar las preguntas
iniciales de la investigación que nos distanciaban de la verdad como son ¿por
qué Goya hundió a los villanos en el fango, y, por qué se diluían las imágenes?
Preguntas que, sin ser únicas y mordaces, nos atrajeron a escoger la obra y que
enmarcaban nuestra precomprensión original.
Sin duda alguna nuestra investigación la hacemos desde una
perspectiva poco ortodoxa, pero siempre válida en la ecuménica visión
contemporánea, por lo que para esta parte del estudio la “distancia histórica”
con respecto a “Duelo a Garrotazos” se hace válida y llena de argumentos, ya
que sin ella no se podría sino ver a la pintura como la suma y resta de
componentes artísticos más o menos enriquecidos con comparaciones y
razonamientos formales y de contenido sin más valor tradicional que el de la
gesta española. A través de la distancia podemos tal vez dar inicio a un “ver”
a una historia efectual que tiene que decirnos algo sobre la realidad
energética de los elementos elevados a valores artísticos. Veamos ahora que,
dentro de la Sanación Energética Gnóstica, el asiento corpóreo de la ira se
encuentra en las pantorrillas y canillas; es ahí donde está el eslabón más
débil de los sentimientos de frustración, venganza, violencia y es justamente
ahí en esa zona corporal, donde los villanos de “Duelo a Garrotazos” sufre su
“desgarro” al ser trasladado al lienzo desde la pared de yeso en dónde se
encontraba. Es en esa parte donde Salvador Martínez Cubells interviene para
“dar a luz” la verdadera esencia de la pintura al permitir que los
protagonistas tuvieran desde ese instante la osadía de enterrarse en el lodo de
su contienda hasta las rodillas. ¿Coincidencia o acción lacónica del ser?
¿Una obra que habla antes de nacer? ¿Una obra que induce al
artista y no al contrario? ¿Duelo a Garrotazos siempre quiso ser con los
villanos hundidos y esperó el momento histórico que lo hiciera, dejando en el
yeso lo que sobraba en ella, intencionalmente? Un horizonte algo interesante
para el profano, pero con bastante realidad para el entendido en lo energético
y el aura interna de los objetos, el cual dicho sea de paso tiene y en gran
medida no tiene que ver con el “aura” de Benjamín, pero que define una realidad
poco entendida. Una fusión de horizontes que inicia con la enfermedad de Goya,
su rebeldía, su nueva casa, una obra que rompe lo establecido manteniéndose aun
así en la constante de su materialidad de revoco, un ambicioso hombre de
negocios, un restaurador que no solo mira sino compone, tiene tanta actualidad
en lo energético, en la comprensión de los estados interiores del ser humano
que uno no alcanza a percibir si fue Goya o la obra misma quienes sabían de
ello, pero que son lo que es en verdad desde nuestro instante y entendimiento.
La obra así relatada ha tenido y tiene trascendencia desde
la escala psicológica como mensaje decidor de la realidad psíquica humana. Como
acervo político antaño y como consecuencia lógica de la ira en la salud humana,
hoy. La obra alcanzó significado cultural al permitir que lo pictórico mediante
la singularidad ascendiera a la consciencia pública. Entre estos significados
hasta el momento son la rotura de lo establecido mediante pequeñas posturas
como es descentramiento y la contraluz de los personajes de la obra, en lo
formal; la apertura de significados en la obra pictórica que trasciende lo
absolutista en el contenido; introduciendo el tema emocional y psíquico en la
materialidad pictórica; todo esto en el mirar de antaño. A la luz de hoy, puede
convertirse en delator de la esencia de la obra como ente energético
comunicando su verdad que dinamiza el entendimiento y la comprensión humana de
su naturaleza interior.
BIBLIOGRAFÍA
1.Fundación
Wikimedia, Inc. “Pinturas Negras”. Wikipedia: La Enciclopedia Libre. Web. 30
noviembre 2915. 26 marzo 2016.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pinturas_negras
2.Fundación
Wikimedia, Inc. “Quinta del Sordo”. Wikipedia: La Enciclopedia Libre. Web. 4
diciembre 2915. 26 marzo 2016.
https://es.wikipedia.org/wiki/Quinta_del_Sordo
3.Larousse©
Larousse / VUEF 2002 © Spes Editorial, S.L. 2002. Web. 26 marzo 2016.
https://www.google.com.ec/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=8&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwiGsMyL4NnLAhVGXB4KHa5RDXMQFgg5MAc&url=http%3A%2F%2Fiesalagon.juntaextremadura.net%2Fweb%2Fdepartamentos%2Fsociales%2Fpaginas%2Fapuntes_arte%2Ftemas%2FGoya.doc&usg=AFQjCNG_nqeihl6ILJhWnS34KHNVDvUm4A&sig2=k69ZPNok9XN4tuqPTFe9uA&bvm=bv.117604692,d.dmo
4.Fundación
Wikimedia, Inc. “Duelo a Garrotazos”. Wikipedia: La Enciclopedia Libre. Web. 18
agosto 2915. 26 marzo 2016.
https://es.wikipedia.org/wiki/Duelo_a_garrotazos
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